Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en la https://nevejepl989735.blogstival.com/60042704/así-reaccionó-el-mundo-al-cabezazo-de-zidane